sábado, 10 de diciembre de 2016

Sobrevivamos juntos.

Este año ha sido uno de contradicciones.

Lo inicié tomada de la mano del que creí era el amor de mi vida, solo para darme cuenta, de la peor manera posible, que lo que para unos es valioso, para otros es deshechable. Este año no ha sido uno sencillo para mi.

He visto amigos irse, personas nuevas llegar, trabajos desvanecerse, ilusiones morir; me he sentido atrapada, desilusionada, triste, profesionalmente frustrada y en un constante sube y baja emocional, pero sigo viva.  Pasé de la felicidad más sincera a la tristeza más dolorosa. Este ha sido un camino empedrado y lleno de baches. Este no ha sido un año sencillo para mi.



Hoy les escribo desde la soledad más absoluta, pero esa soledad que no viene desde la ausencia de personas cercanas, sino de motivación, de ganas de hacer las cosas y avanzar. Hoy les escribo con el corazón ensangrentado pero real, con la certeza de que hay que seguir viviendo aunque a veces no encontremos en nuestro ser la motivación necesaria. La desilusión mata. Pero la magia está en cómo afrontarla, verla desde el otro lado y aprender de ella.  

Soy de esas personas que se entrega al máximo, que cuando está en una relación, o en un trabajo, que cuando está motivada, se da, completamente, de pies a cabeza. Me involucro en lo que hago, meto los pies en el barro y me ensucio las manos, por lo que cada pérdida, cada ruptura se lleva un pedazo de mi deseo por hacer las cosas bien. Soy de las que he cuestionado a Dios y le he preguntado muchas veces, que cómo es posible que haciendo las cosas con las mejores intenciones en mente, el resultado aún sea negativo. Pero me he dado cuenta que el problema está en la forma... no hay que pedir paz, no hay que pedir tranquilidad o felicidad, hay que agradecer por lo que ya tenemos.

Ejercicio 1:

No importa si está en el peor momento de su día.
Cierre los ojos, ponga una sonrisa en su rostro (aunque sea fingida)
Y agradezca por este día, por el trabajo que tiene (aunque no tengas)
Agradezca por la maravillosa relación de pareja que tiene (aunque en este momento no tenga ninguna)
Agradezca por que este año va a poder pasar una navidad feliz y llena de dicha (aunque así no lo sienta)
Respire profundo, siempre sonriendo.... Agradezca en voz alta. 





He viajado y me he sentido quizás más bendecida que nunca, encontré un trabajo nuevo y con él nuevos amigos, he tenido la oportunidad de crecer emocionalmente y de ayudar a otros, más sin embargo, éste, no ha sido un año sencillo para mi.  

Todos tenemos nuestras historias, nuestros dramas, nuestras pérdidas y todas merecen el luto apropiado.

Las mayores solicitudes de ayuda las he recibido de hijos, hermanos, padres de personas que sufren depresión, que no logran motivar a sus seres queridos a estar mejor. Lo único que puedo decirles es que esto es similar a tener un familiar con alguna dependencia a las drogas o al alcohol. El trabajo que podemos hacer desde afuera, nunca va a ser del todo efectivo hasta que la persona misma reconozca que tiene un problema y manifieste su deseo por estar mejor.





Ejercicio 2:

Inhale profundamente por la nariz, tratando de que el aire llegue hasta la parte baja del estómago, asegurando, logrando que se infle con aire suficiente para crear un ensanchamiento de los pulmones. Inhale contando mentalmente hasta 6; exhale contando mentalmente hasta 8.
Realice de 6 a 10 respiraciones lentas por minuto.






Diciembre nos obliga a cerrar capítulos y a aceptar que el 2017 iniciará de manera distinta a como lo hizo el 2016. Si le costando cerrar algún capítulo, dejar ir a alguien, perdonar, avanzar, se vale llorar hasta mas no poder. Se vale sufrir y el tiempo de sufrimiento adecuado es el que el corazón dicte. Nadie puede decirnos cuanto debe durar nuestro luto. Pero debemos mantener siempre en mente, por más sumidos en el sufrimiento que estemos, que quien se fue, que quien ya no está, no regresará, hay que perdonarlos por irse y a nosotros mismos por dejarlos ir. Ellos se marcharon de nuestras vidas, de este mundo, pero nosotros seguimos acá y no podemos ni siquiera por un segundo pensar que abandonar nuestros deseos de vida aliviará algo, pues solo dejará a otro en la misma posición en la que estamos nosotros hoy... es una cadena de dolor y sufrimiento.

Sufra hoy, pero propóngase estar mejor mañana. 

¿Cuánto vale nuestra felicidad? ¿Cuánto poder le damos a las cosas que nos afectan?, eso solo depende de nosotros mismos. Se vale llorar, encerrarse y quererse morir, se vale de todo, mientras sepamos que nos debemos a nosotros mismos el levantarnos.

Yo no puedo decirles como sobrevivir diciembre, no puedo decirles cómo superar la pérdida de un ser querido, o la ausencia de motivación o deseo. Yo no soy quien para darles herramientas para vivir mejor, porque para mi, la vida sigue siendo una lucha. Yo enfrentaré este diciembre sintiéndome un poco más vacía que el año anterior, más sola, más vieja, menos tonta, menos inocente, más creativa, mucho más arriesgada. Se ganan unas y se pierden otras.  Lo que sí puedo decirles es que sacarlo del pecho ayuda, conversar sin prejuicios y llorar desde el estómago ayuda, sana, alivia.

Es probable que esté rodeado de personas que desean ayudar; y que sin pretender sentirse héroes quieren verle bien. No están solos... aprovechen la ayuda que les llega



Sobrevivamos juntos. 



domingo, 16 de octubre de 2016

Si lo dice la BBC debe ser cierto!

Hoy me encontré con un artículo sobre la depresión en la BBC que era replicado por un medio nacional con bombos y platillos; dándole según ellos, luz a una enfermedad de la que se sabe poco. Me hizo gracia que habiendo tanto sucediendo acá, decidieran darle copy paste a un reportaje nacido al otro lado del mundo. Así somos aquí, nos hacemos los locos con lo que le sucede al vecino, o en nuestra propia casa, pero hacemos la gran gracia, tratando de ayudar a quien está a miles kilómetors de distancia.

La depresión está entre nosotros. 


Hoy ha sido un día particular para mi, y quise compartirlo con ustedes que sin conocerme me han leído y apoyado... algunos. Ayer hice algo indebido, la soledad me ganó (como suele hacerlo) y fui a un lugar al que no debí haber ido. Qué difícil que es alejarse de los desencadenantes de nuestra depresión. Para una persona sana, eso es motivo de un bajonazo emocional, quizás de un poquito de goma moral, pero para una, que todo lo sufre de manera sobre natural, que todo lo vive como si fuera el final, hoy ha sido un día de llanto, dolor y pena.

Dicen que los primeros pasos para la recuperación son el reconocer que algo sucede, buscar de dónde viene, darse el espacio y permitirse la ayuda necesaria; el problema siempre será como mantenerse alejada de esos desencadenantes, que  en mi caso, son muchos y tan variados como los colores.

Miedo a la soledad, preocupación desmedida por el futuro, tengo muy altas expectativas, miedo al rechazo, el amor y sus vertientes, el desamor y sus dolencias, temor a lo que le pueda suceder a mi hija, miedo a las pérdidas, terror a los cambios, miedo al fracaso y mil y una más; pero creo que lo peor de todo es que siempre he sido una persona que se entrega a lo que hace con cuerpo y alma, y duele mucho cuando no te responden con la misma intensidad. Cómo hacer para no enfrentarse a todo eso, si eso al final es la vida, nada es perfecto, todo tiene posibilidad de salir mal y si hablamos del amor, probablemente lo hará.

No culpo a nadie por mis vacíos más que a mi misma, porque me cuesta cerrar capítulos, porque soy reinicidente, porque insisto en abrirme con las personas equivocadas.

Hoy me desperté como hace 4 meses, cuando nadie sabía de mi lucha, como cuando estaba en soledad absoluta. Hoy me deperté mirando mis muñecas y deseando que se abrieran por obra y gracia, sin tener que hacerlo yo, y me di cuenta que mis heridas siguen sangrantes, siguen abiertas de par en par y que debo estar pendiente de mi misma, de mi seguridad y de mi felicidad, para que no se me escape de las manos.

Debo recordarme que debo ser feliz.



Si usted, al igual que yo amaneció con pensamientos oscuros le recomiendo lo siguiente:

  1. Respire lentamente contando cada respiración, eso traerá su mente al momento presente. 
  2. Manténgase a salvo si tiene pensamientos de lastimarse a sí mismo.
  3. No se sienta culpable.
  4. Hable con un terapeuta.
  5. Evite estar solo.
  6. Trate de cultivar pensamientos positivos y relaciones positivas.
  7. Busque alguien con quien hablar.
  8. Considere la opción de la medicación.
    Haga planes, establézcase objetivos. 
  9. Aprenda a Meditar 
  10. Involúcrese en algún deporte.
  11. Coma bien. En especial alimentos con Vitamina C, D y Zinc, Hierro y Omega-3.
  12. Evite el Alcohol.




Link de referencia:

"Me daba miedo entrar a la casa y encontrar a mi esposa ahorcada": cómo es vivir con alguien que sufre depresión. BBC MUNDO







viernes, 16 de septiembre de 2016

Nadie escribe en los días buenos


Si están leyendo esto con el morbo de los detalles de los intentos de suicidio, lamento desilusionarlos, mi historia y las de las personas con depresión no la definen nuestros momentos de crisis, sino nuestros logros. Superarlos, vivir un día más para contar el cuento, en muchos casos en silencio, estigmatizados, acorralados, acusados de herejes e infieles y sin tratamiento alguno; esa es la verdadera historia que vale la pena contar.

Me abrí al mundo por varias razones, y aunque algunas eran altruistas,  la realidad es que la principal fue para pedir ayuda en un momento de crisis. No soy más fuerte que nadie. Yo también necesito palabras de aliento. 



Como dice mi amiga "H" (no la nombro por respeto a su privacidad); hay días buenos y días malos; yo creo que ambos hay que aprender a sobrevivirlos de igual forma. Los malos porque parecen ser eternos; y los buenos porque da miedo perderlos y al vivir con miedo uno se pasa  más tiempo preocupado por cuanto durarán, que disfrutándolos.

En mi caso; dice mi siquiatra, son las crisis amorosas las me llevan al peor de los límites, son los abandonos, las traiciones; dice que debe estar relacionado con mi niñez, pero aún trabajamos  en saber el porqué. Para otras personas serán los fracasos profesionales, la  ausencia de metas, problemas familiares o nada, es que no siempre hay una razón, si la hubiera quizás sería más sencillo solucionar el problema, pero como lo es todo, o es nada, se hace difícil; mas bien imposible, luchar contra un fantasma invisible.


Me casé a los 10 meses de jalar cuando tenía 21 años; y por supuesto juré que duraría por siempre; me divorcié a los 26. A esa edad me volví a reecontrar con mi primer amor, poco a poco, tratando de disfrutar cada segundo, solo para que la muerte me lo arrebatara sin aviso. No quiero lástima, todos tenemos historias y a cada uno nos afectan de manera distinta. Pero para mi, esos son algunos ejemplos de mis bajos más bajos, mis momentos más débiles, mis pérdidas más significativas. Han habido otras en las que he perdido mucho más que la ilusión, la salud o la energía; pero sigo en pie de lucha.



Este momento es para mi época de crisis; muchas cosas han sucedido en los últimos meses que me obligan a reinventarme a la patada, de una vez y sin derecho a cuestionarme nada.

Me cuesta levantarme en las mañanas.

A la fuerza me obligo a llamar a mis amigos, a mantenerme ocupada, busco actividades complejas y difíciles de hacer;  entre más tiempo dure en resolver los problemas de otros, menos tiempo tengo para pensar en los propios. Sin embargo, eso no ayuda en nada, eso aún deja las noches, los ratitos en el carro, las salas de espera, los amaneceres con frío. 

Me dijeron que puedo considerarme una sobreviviente, y yo pensé ¿hasta cuando? ¿por cuánto tiempo?, ¿No somos todos sobrevivientes hasta el día en que ya no? Que sobreviva hoy, no significa que lo lograré mañana. Por eso es que solo queda seguir intentándolo, así de simple me ha tocado responderle a algunas de las personas que me han escrito... "Si aún estamos aquí, es porque somos de los fuertes".

Una muchacha me escribió que había tomado la decisión de acabar con todo, que hasta fecha tenía cuando se encontró con mi blog. No la conozco, quizás nunca lo haré, lo único que puedo decirle es que se mantenga fuerte, que yo prometo dar la lucha todos los días y tomarla de la mano a la distancia para que juntas hagamos lo posible por mantenernos en pie. Primero hoy, despues mañana. 

Me preocupa un poco que la gente me pregunté qué he hecho, cada historia es tan diferente, como cada mente es distinta; yo no tengo respuestas, porque yo aún me estoy conociendo. Sigo perdiendo gente cercana cuando les hablo sobre esto, siguen sin entender y se alejan y me señalan  y me vuelven a abandonar porque les da miedo que finalmente algún día me decida a acabar con todo y que ellos se vean de alguna forma involucrados o culpados.

Lo único que puedo decirle a esas madres con hijos al borde del precipicio, es que los tomen de la mano, que los escuchen y que no los juzguen, nadie quiere sentirse mal, pero lamentablemente no hay un switch para apagar la mente. Yo tamién tengo días sumamente malos... 
Hoy me costó abrir los ojos más que ayer, entonces me puse las tenis y me fui a correr. 


Yo no he ganado la batalla, pero claramente tampoco la he perdido de manera definitiva, en mis días malos aún me cuesta levantarme en las mañanas y conciliar el sueño por las noches. A veces lloro desconsoladamente y por lo general me siento terriblemente perdida. El asunto es, que sea un día bueno o un día no tan bueno, la vida continúa; mi hija igual debe ir a la escuela, el trabajo no espera, el perro y el gato deben alimentarse, la casa debe limpiarse y así con la eterna lista de cosas que hacemos todos, día a día.

No es verdad que la depresión sea una enfermedad "clasista" como leí en uno de los comentarios en una de las notas que publicó un periódico. Que la gente con más necesidades económicas "no tiene tiempo para deprimirse" decían. Yo tampoco tengo tiempo; debo hacer mil cosas al día y las hago, eso no significa que no tenga una lucha interna, sobre mis motivaciones, sobre el porqué, sobre si debo si quiera intentarlo.

De las cosas que he leído en las pasadas semanas lo que más me impacta son la cantidad de personas que no tienen con quien hablar, que se sienten tan solas y desconsoladas porque su familia o amigos se rehúsan a darles el apoyo que necesitan o siquiera a escucharles. ¿A dónde ha llegado nuestra empatía como seres humanos que no podemos ni siquiera intentar ponernos en los zapatos del otro? Hay muchas cosas que no entiendo, y el campo de la medicina me es totalmente desconocido, pero eso no significa que no pueda tratar de entender cuando una persona enferma me diga; "me siento mal y necesito ayuda".

Aunque hoy quizás no sea uno de mis mejores días, sigo acá abriendo mi corazón para tratar de sanar las heridas y callar mi mente. 


Hoy me ha costado hacer todo un poco más que ayer, pero igual lo hago y le agrego una sonrisa para tratar de engañar al cerebro.  


Cada día es una bendición y cada momento, una experiencia 



viernes, 2 de septiembre de 2016

Esto no me va a vencer!




Quisiera empezar por disculparme con las personas a las que no consulté antes de publicar este blog. No le consulté a mi familia, a mis amigas o mi expareja, y por eso me disculpo. Yo sé que algunos de ustedes odian ser cuestionados y odian verse en el escrutinio público. Lo lamento. He escrito muchas veces en este blog... pero este tuvo un eco inesperado. 
 
Asumo la responsabilidad porque sé que eso significa que en algunos casos las cosas cambiarán entre nosotros para bien; aunque en otros casos, la relación terminará de manera definitiva,  pero quiero decirles seres queridos que hicimos algo bueno. Cientos de personas me han contactado para dar su apoyo y cientos más han encontrado en mi realidad de vida un espejo para la propia. No estamos solos. 

 Gracias a todos los que se han acercado, incluso cuando tenemos años de no vernos, gracias por su interés y por estar pendientes. Espero que todos hayamos aprendido algo y podamos ayudar a alguien que lo necesite.  
 
Existe la depresión causada por un evento en particular, que llega ataca y puede desaparecer y también está la depresión extrema, clínica, que la causa nada o la causa todo. La que se caracteriza por la falta de interés. 

 Para quienes siguen sin entender solo me queda decirles que Dios está en mi vida, Él me ayuda todos los días a levantarme a hacer las cosas con una sonrisa, a trabajar y también me ayudó a encontrar una excelente siquiatra. La espiritualidad es básica y sumamente importante en este proceso, pero si alguien en sus vidas tiene una depresión extrema, ayúdenlo en su encuentro con Dios y también ayúdenlo a encontrar ayuda médica. No le dejemos todo el trabajo a Dios, hagamos nuestra parte.
"A Dios rogando y con el mazo dando".

 Les tengo una pregunta; ¿si alguna persona que ustedes conocen les dice que tiene síntomas de alguna enfermedad crónica, lo mandarían a la Iglesia o a ver a un doctor? La depresión es una enfermedad, debe ser tratada. La espiritualidad es sumamente importante, ayuda a perdonarse y en algunos casos hasta a sanar… pero es muy difícil que una funcione sin la otra. Eso es todo, lo demás queda de su lado. Su apoyo puede salvar vidas.

A los medios de comunicación que me han contactado; gracias, pero no gracias. Esto es una realidad de vida para millones de personas. Si quieren hablar con alguien, busquen datos, estadísticas, hablen con expertos, y si después de eso necesitan un testimonio positivo, ahí si pueden contar conmigo, pero no a manera de chisme o escándalo. Mi vida no es un circo. Hice lo que hice porque sentí que era el momento de abrirme, para ayudar a otros, pero también para ayudarme a mí misma.  

Yo soy una persona totalmente funcional y la lucha en mi mente no afecta hoy mi vida de manera significativa, eso; gracias a que mis grupos de apoyo han entendido que no se trata de ir a ver personas en peores situaciones que la propia para “ser agradecido” y “dejar de sufrir por nada”. Han entendido que mi relación con Dios es una buena, cercana y sana. Porque no me juzgan y me ayudan a estar mejor.  A ellos debo agradecerles por tanta buena vibra.


 A ustedes quienes buscan hoy ayuda, les digo que sí se puede; si se sienten solos y no creen que sus personas cercanas entiendan lo que les está pasando hay grupos de apoyo ahí afuera (voy a ponerles acá los números de contacto). En mi caso la buena alimentación, el ejercicio, la ayuda médica, la espiritualidad y la meditación han sido claves. 

En los últimos meses aparte de mi tratamiento médico, hago ejercicios 3 veces por semana, como menos grasa, no como carne ni embutidos, como muchas frutas y verduras y debo agradecer de corazón a la gente de la Fundación El Arte de Vivir , quienes me han ayudado con técnicas de respiración y meditación lo que me permiten encontrar la felicidad y vivir con una sonrisa. 

Haré hasta lo imposible por responder todos y cada uno de los mensajes que me han enviado. Agradezco sus muestras de apoyo y por favor, quienes sufren de depresión recuerden que sí se puede salir adelante, día a día, poco a poco; pero se puede. No todo está perdido. 






Para quienes andan en busca de la felicidad, métodos de respiración, meditación para aprender a callar la mente y vivir en el momento presente, les recomiendo la Fundación El Arte de Vivir. Tel: 8801-1515   http://www.artofliving.org/cr-es costarica@elartedevivir.org 


Para ayuda en prevención del Suicidio: 
Fundación Rescatando Vidas: 2273-0381 / 8785-5753
Asociación Costarricense de Estudio y Prevención del Suicidio y Conductas Autodestructivas: 8835-9232 acepscostarica@gmail.com
Asociación Mi Nueva Aurora (para personas cuyas vidas se han visto afectadas por la muerte de un ser querido): www.minuevaaurora.com


Gracias y que siga la Música!
Sasha



 



miércoles, 31 de agosto de 2016

La depresión y el ojo público


La lucha por ser feliz mientras se llora

La primera vez que recuerdo haber tomado consciencia de mi depresión, estaba sentada en mi cama mirando la pared celeste de mi cuarto. No había una razón en particular, pero recuerdo haber hecho todo un recorrido de las posibilidades y formas de acabar con mi vida. Tenía 12 años.


Mi vida ha sido una lucha desde entonces
 
 Hoy el despertador sonó a las 5:00am, 1e robé 10 minutos al día y finalmente a eso de las 5:15 me estaba bañando. El día de hoy es uno agitado; me toca ser la maestra de ceremonias para un evento de 250 personas, salir en hora pico a hacer un programa de radio y en la noche debo ver a Rocío para hacer planes para un viaje. Hace unos minutos me descubrí; entre expositor y expositor; contemplando la posibilidad de acabar con mi vida, analizando posibilidades, lugares y pensando en cómo hacerle el menor daño posible a mi hija... como si eso fuera posible.


La depresión no se resuelve "buscando algo que hacer".


Entendí eso de vivir un día a la vez solo cuando me tocó enfrentarme con esta enfermedad; porque sino resuelvo hoy, sino me encargo de mantenerme a flote hoy el mañana simplemente no va a llegar. Debo sobrevivir hoy. Mañana me encargaré de mañana...



En mi caso, la cara de la depresión no es la de una mujer sumida en sus cobijas comiendo helado de chocolate y dejándose ir entre sollozos. Para mi, la depresión canta, tiene una voz fuerte y potente, sale con sus amigos y hasta les da consejos. La depresión para mi sonríe, es el alma de la fiesta, sale en televisión y tiene un programa de radio en el que le dice a la gente que no se dejen estresar por las tribulaciones del día o por el terrible tráfico en las calles. En mi caso, la depresión ataca en momentos inesperados y poco tradicionales... llora de camino a una reunión o entre cita y cita. La depresión me sigue a los conciertos y se esconde en los camerinos. Se despierta conmigo los domingos en la mañana, me persigue cuando corro. Me consume en sueños a media noche.




Mis  "grupos de apoyo"

Cuando tomé consciencia de que esta compañera silenciosa me acompaña le dije a mi mamá; ella me dijo que yo era muy fuerte y me compró un helado. No la culpo, la gente no sabe reaccionar ante las enfermedades mentales, nos han dicho que los locos están en el siquiátrico y usan camisas de fuerza, nunca nos dijeron que también están enfermos los que lloran sin razón aparente.


La depresión se lleva por dentro.  


Tengo mil razones para ser feliz

Fui a la Iglesia, alguien me dijo que era falta de Dios, así que decidí buscarlo, le conversé, le expliqué, nos conocimos y la sensación no desapareció. Entonces me enojé y salí corriendo porque si ni Dios podía hacerme sentir mejor ya no habría salvación para mi. Algunos me preguntaron en qué podían ayudar, yo supe que se sentían culpables, que pensaban que la depresión estaba afuera, en la calle, en el entorno y que por lo tanto algo que ellos hicieran o no podía hacer que desapareciera... aún no entendían.  


A los 17 me corté por primera vez... nadie lo notó. 
Las heridas externas sanaron por si solas, pero las internas siguen sangrantes.


No he guardado silencio, lo he dicho y he pedido ayuda, pero mi tono de voz, mi personalidad o quizás mi trabajo y mi forma de ser no encajan en el formato de alguien con depresión. No faltará quien me mande a buscar algo que hacer o me diga, "Sea lo que sea va a pasar, usted es muy fuerte", pero es que no es nada... o es todo, qué se yo. Solo estoy triste constantemente y no sé porqué. Eso es la depresión.



A los 24 hice mi primer intento real de quitarme la vida. No sabía cómo, solo me tomé lo primero que encontré y las casi 50 pastillas de acetaminofén me despedazaron el hígado y me obligaron a pasar las 2 semanas más tristes de mi vida en el hospital. Pero sobreviví.



Mi mamá dice que es porque soy muy apasionada. 
Cuando llegué a la sala de emergencias con síntomas de autointoxicación, la enfermera me vio las muñecas y las vio cicatrizadas, me miró con ojos de desilusión, como si estuviera defraudándola a ella y a Dios por no querer vivir y le dijo al doctor... -Doc, ésta tiene las muñecas cortadas, es un intento de autoeliminación-. Nunca más me miró a los ojos de nuevo.


A las 2 semanas finalmente llegó el siquiatra a la consulta del hospital, hablaba tan lento que parecía que él mismo estaba medicado. Me preguntó que hacía ahí; y yo sin titubear le dije que me dio una migraña que no se me quitó con las primeras dosis de pastillas, y al ver que el dolor no mermaba me desesperé y consumí una alta dosis en 36 horas, cuando le realidad era que me las tomé de un sorbo con un trago de guaro Cacique.. él no me lo cuestionó. Me dio de alta.



Salí del hospital justo a tiempo para irme de viaje y salir en la portada de un periódico nacional. No tengo tiempo de sufrir mis pérdidas o llorar mis fantasmas. Debo sonreír y cantar.



Él también me dijo  que soy muy apasionada...
lo dijo entre dientes justo antes de salir por la puerta y no regresar. 


Me tomó una crisis nerviosa, escuchar risas burlonas, soportar comentarios negativos, aguantarme dolorosos ataques para entender que esto no es mejor ni diferente a una diabetes, es una enfermedad que requiere tratamiento de por vida. De por vida debo luchar con este deseo de acabar con todo, de por vida debo abrir los ojos y luchar conmigo misma y no permitirle a mi mente que me gane la batalla.



Es como un duelo a muerte en el que se enfrenta mi mente contra mi corazón. Yo no quiero morir, quiero ver a mi hija crecer, quiero abrazarla y acompañarla en todos los momentos de su vida. Yo no soy malagradecida, sé que Dios me bendijo con muchos talentos, oportunidades y cosas por las cuales estar feliz; No quiero morir... el problema es que tampoco quiero vivir.


Todo lo hago desde el alma, amar, sufrir, cantar.
Lo bueno es que no todo está perdido, hoy mi experiencia sirve para ayudar a un ser querido con el que comparto esta enfermedad. Hoy entiendo que el desbalance no es culpa mía, ni de los otros, ni de Dios. Hoy me medico, voy a terapia, hablo, escribo, medito, me concentro en respirar. Solo así, segundo a segundo,  podré vivir hasta mañana.

No prometo lograrlo, pero prometo intentarlo, o morir en el intento.


domingo, 27 de marzo de 2016

Contrato de amor



Si me casara mañana las cosas estarían claras, ya no me jugaría el chance como lo hice a los 20 y al menos dejaría por escrito lo que quiero y lo que espero.

Al final, no hay garantías de nada, pero tampoco hay que dejarle al destino la decisión de nuestro futuro, podemos elegir, podemos decidir el tipo de relación que queremos.

Luego de hacer un minusioso análisis de varios contratos en línea, este; es el mío.










Contrato de Amor

A quien desee quererme hoy, planeando para el mañana...


Este acuerdo busca dejar claro el camino que deseamos recorrer, y las formas que estamos dispuestos a usar para hacerlo.

 
Entre nosotros,  acordamos cumplor a lo mejor de nuestras habilidades lo siguiente:

Cláusula 1: Dar lo mejor de nosotros mismos, ambas partes, por igual; sin reservas, nos equivocaremos si, pero eso no deberá lavarnos la voluntad o las ganas de hacer las cosas bien.

Cláusula 2: El respeto no es negociable, de ambas partes. Eso significa tomar un descanso antes de alzar la voz, no humillar, no ser condescendiente, respetar la opinión del otro, escuchar, callar cuando sea necesario, respirar, contar hasta 100 si es necesario y sin importar lo que creamos ver, no dar por sentada nuestra versión por encima de la del otro. 

Cláusula 3. Seremos un equipo, siempre. Debemos pensar como equipo en las decisiones mutuas y también el uno en el otro cada vez que tomemos una decisión individual.



Cláusula 4: Debemos hacer ejercicio juntos o por separado pero por lo menos tres veces a la semana. La belleza es importante, pero no es el objetivo final, sino por razones relacionadas con la salud. Estamos en esto para el largo plazo y debemos estar sanos para dar lo mejor de nosotros mismos.

Cláusula 5: En ningún caso, bajo ninguna circunstancia se permitirá que nos involucremos en una relación romántica o sexual con otra persona, exceptuando algún artista ganador de Oscar, Grammy o Globo de Oro que podremos elegir de una lista cuidadosamente seleccionada el uno para el otro y que discutiremos cuando sea necesario. [Advertencia] Se permite vetar la celebridad si ella o él, no cumple con requisitos, es inadecuad@ o indign@ de alguna manera. Lo ideal sería escoger a alguien impresionante, divertido e inteligente.

Cláusula 6: Nunca salir de la casa o irnos a la cama enojados, NUNCA MÁS. Acostarnos enojados nos impide descansar y funcionar de manera adecuada. (En mi caso, no puedo funcionar adecuadamente, comer bien, mi mente divaga y me es difícil concentrarme) Así que, en la medida en la que sea posible, tenemos que resolverlo antes de salir.

Cláusula 7: No abandonemos el lado sexual, y si alguno de los dos se aburre, debemos informar al otro. (Además, muy importante, recuerda, yo estoy enamorada de vos, así que haré lo que sea necesario para darte lo que necesitas dentro de la habitación y fuera de ella).

Cláusula 8: Pasaremos un día completo juntos (24 horas) una vez a la semana
y no hacer nada y si por falta de tiempo no se puede, deberemos tener una “noche de cita” sin amigos, hermanos, madres o padres o hijos… No hay excusas.

Cláusula 9: En una nota aparte, celebraremos días de cumpleaños, cada aniversario o celebración importante. Estas fechas no deben confundirse ni suplantar con la “noche de cita” mencionada en la cláusula anterior, estos eventos son completamente separados y deberán incluir botella de vino y maravilloso sexo después. 



Cláusula 10: Mostrémonos cuanto nos queremos. (personalmente no quiero tener que preocuparme por dinámica de poder) No importa quien quiere más, quien da más o quien está dispuesto a hacer más, solo querernos, y demostrarlo. (No estoy pidiendo que me cantes canciones de amor en perifoneo por las calles, con que hagas la cena y me digas que me quieres, con eso basta).

Cláusula 11: Esta casa es nuestra, este hogar es de ambos, las decisiones las tomamos entre los dos. Lo que sea, desde el nuevo color en el sillón hasta cualquier decisión que implique, cambie o tenga que ver con nuestra convivencia. Vos no me "ayudas" y yo no te "ayudo" esta, es responsabilidad de ambos.

Cláusula 12: La verdad puede doler, pero será nuestra insignia siempre. No me "ahorres" sufrimiento al no decirme las cosas, ahorrémonoslo al no hacer cosas que podrían lastimar al otro. Si ya lo hiciste, digamos siempre la verdad.

Cláusula 13: En caso de ruptura, aburrimiento o cancelación del contrato; las palabras claras son siempre la mejor opción. Sin ofender, sin gritar, sin mal trato, pensaremos claramente antes de llegar a este punto, pero si es decisión tomada... nos sentaremos a conversar sobre los hechos y sin importar la cantidad de lágrimas derramadas (lloro mucho y no quiero que mis lágrimas empañen el mensaje que quieres o yo quiero dar) y daremos el paso, sin volver atrás, sin herir al otro, sin sacar trapos sucios. 

Cláusula final: Sos libre! Libre para irte en cualquier momento. En la medida en las que sabes que sos libre y aún así decidís quedarte... significa que estás aquí porque querés. Así que recordá que este contrato solo es vigente en la medida en que ambos queramos. No es una cadena o una amarra, no es una obligación. 

Ambos firmamos con total conocimiento de nuestras libertades y sabiendo que podemos irnos en cualquier momento.