sábado, 19 de septiembre de 2015

El poder sanador de la música



La música suena y resuena en lo más profundo
canta y replica, vive y entona
La canción me libera, me ilustra y me transforma
sin explicación alguna, la música me sana

Hace solo 24 horas yo era otra
me encontré desnuda en alma frente a 170 personas que se sentían como miles
aquel delicioso intercambio de energía ayer simplemente me consumía
muchas veces morí
reviví sobre las tablas y desfallecí tras bastidores
cada nota modulada me desgarró el alma
y me obligó a reinventarme
Tras dos horas de dulce agonía emergí
victoriosa y renovada entre improvisaciones y cánticos del alma

Hoy, mientras Duke Ellington y John Coltrane me susurran In a sentimental Mood
solo puedo agradecerle al rasgueo hechicero de cada tonada que tras el día de ayer sanó mi alma

Hoy les recomiendo escuchar Jazz
http://www.last.fm/music/Nancy+Wilson


miércoles, 12 de agosto de 2015

Sin idea alguna


No se nada del amor
ni de promesas ni de planes
No se nada de objetivos
de fidelidad o de compromiso
Lo quiero todo ya y no se esperar al tiempo preciso
Alzo la voz incansablemente
y digo siempre lo incorrecto
Soy recorosa a veces
y maliciosa otras

Demasiado metida en mis cosas
y apasionada por mis temas
Cerrada, para nada centrada
De mi boca salen cosas cuando quiero decir otras 

Me confundo, no recuerdo
No sé nada de independencias
ni de tiempos ni de espacios
Me gustan demasiado los besos y resuelvo los problemas entre sábanas

Me equivoco constantemente, 
soy celosa
y estoy repleta de inseguridades y temores.
No se nada del amor
ni de silencios o sobre lo que es correcto
me cuesta olvidar y perdonar
me cuesta avanzar y quedarme callada

Siempre busco respestas y doy explicaciones innecesarias
me llenan de ilusión los detalles
y me apego a los momentos felices
lloro mucho
me entrego demasiado, 
espero demasiado y me desilusiono fácilmente 

No se nada del amor, pero quiero aprenderlo todo contigo.

miércoles, 8 de julio de 2015

Conviviendo con moscas

Ellos ni las ven 
Ni las sienten ni las oyen 
Ni las miran ni las buscan
Pero ellas zumban y retumban
Viven y se sienten 

Ellos no las perciben 
No se si no  molestan o es costumbre 
No las ven irse o venir
Ni picar ni molestar 
Pero ellas caminan en sus manos
En sus rostros y en sus ojos

Había un niño pequeño que caminaba cantando 
Y tarareaba y murmuraba 
Pasó de frente, pasó de lado
Y nunca dejó de cantar

Lo miré de nuevo con su camisa grande, descalzo y alerta, 
serio, pero cantando
Me miró a los ojos como quien ordena una sonrisa
Salió corriendo y siguió cantando

Al llegar al mercado ahí estaba de nuevo, en brazos de su madre o alguna de las esposas de su padre, le regalé una sonrisa y ahí las vi de nuevo...

Y es que ellos no las ven, ni las sientes ni las oyen; pero en su rostro vivían cientos de moscas y entendí claramente entonces que el niño pequeño que caminaba cantando, y tarareaba y murmuraba solo evitaba que las moscas invadieran su boca.