sábado, 10 de diciembre de 2016

Sobrevivamos juntos.

Este año ha sido uno de contradicciones.

Lo inicié tomada de la mano del que creí era el amor de mi vida, solo para darme cuenta, de la peor manera posible, que lo que para unos es valioso, para otros es deshechable. Este año no ha sido uno sencillo para mi.

He visto amigos irse, personas nuevas llegar, trabajos desvanecerse, ilusiones morir; me he sentido atrapada, desilusionada, triste, profesionalmente frustrada y en un constante sube y baja emocional, pero sigo viva.  Pasé de la felicidad más sincera a la tristeza más dolorosa. Este ha sido un camino empedrado y lleno de baches. Este no ha sido un año sencillo para mi.



Hoy les escribo desde la soledad más absoluta, pero esa soledad que no viene desde la ausencia de personas cercanas, sino de motivación, de ganas de hacer las cosas y avanzar. Hoy les escribo con el corazón ensangrentado pero real, con la certeza de que hay que seguir viviendo aunque a veces no encontremos en nuestro ser la motivación necesaria. La desilusión mata. Pero la magia está en cómo afrontarla, verla desde el otro lado y aprender de ella.  

Soy de esas personas que se entrega al máximo, que cuando está en una relación, o en un trabajo, que cuando está motivada, se da, completamente, de pies a cabeza. Me involucro en lo que hago, meto los pies en el barro y me ensucio las manos, por lo que cada pérdida, cada ruptura se lleva un pedazo de mi deseo por hacer las cosas bien. Soy de las que he cuestionado a Dios y le he preguntado muchas veces, que cómo es posible que haciendo las cosas con las mejores intenciones en mente, el resultado aún sea negativo. Pero me he dado cuenta que el problema está en la forma... no hay que pedir paz, no hay que pedir tranquilidad o felicidad, hay que agradecer por lo que ya tenemos.

Ejercicio 1:

No importa si está en el peor momento de su día.
Cierre los ojos, ponga una sonrisa en su rostro (aunque sea fingida)
Y agradezca por este día, por el trabajo que tiene (aunque no tengas)
Agradezca por la maravillosa relación de pareja que tiene (aunque en este momento no tenga ninguna)
Agradezca por que este año va a poder pasar una navidad feliz y llena de dicha (aunque así no lo sienta)
Respire profundo, siempre sonriendo.... Agradezca en voz alta. 





He viajado y me he sentido quizás más bendecida que nunca, encontré un trabajo nuevo y con él nuevos amigos, he tenido la oportunidad de crecer emocionalmente y de ayudar a otros, más sin embargo, éste, no ha sido un año sencillo para mi.  

Todos tenemos nuestras historias, nuestros dramas, nuestras pérdidas y todas merecen el luto apropiado.

Las mayores solicitudes de ayuda las he recibido de hijos, hermanos, padres de personas que sufren depresión, que no logran motivar a sus seres queridos a estar mejor. Lo único que puedo decirles es que esto es similar a tener un familiar con alguna dependencia a las drogas o al alcohol. El trabajo que podemos hacer desde afuera, nunca va a ser del todo efectivo hasta que la persona misma reconozca que tiene un problema y manifieste su deseo por estar mejor.





Ejercicio 2:

Inhale profundamente por la nariz, tratando de que el aire llegue hasta la parte baja del estómago, asegurando, logrando que se infle con aire suficiente para crear un ensanchamiento de los pulmones. Inhale contando mentalmente hasta 6; exhale contando mentalmente hasta 8.
Realice de 6 a 10 respiraciones lentas por minuto.






Diciembre nos obliga a cerrar capítulos y a aceptar que el 2017 iniciará de manera distinta a como lo hizo el 2016. Si le costando cerrar algún capítulo, dejar ir a alguien, perdonar, avanzar, se vale llorar hasta mas no poder. Se vale sufrir y el tiempo de sufrimiento adecuado es el que el corazón dicte. Nadie puede decirnos cuanto debe durar nuestro luto. Pero debemos mantener siempre en mente, por más sumidos en el sufrimiento que estemos, que quien se fue, que quien ya no está, no regresará, hay que perdonarlos por irse y a nosotros mismos por dejarlos ir. Ellos se marcharon de nuestras vidas, de este mundo, pero nosotros seguimos acá y no podemos ni siquiera por un segundo pensar que abandonar nuestros deseos de vida aliviará algo, pues solo dejará a otro en la misma posición en la que estamos nosotros hoy... es una cadena de dolor y sufrimiento.

Sufra hoy, pero propóngase estar mejor mañana. 

¿Cuánto vale nuestra felicidad? ¿Cuánto poder le damos a las cosas que nos afectan?, eso solo depende de nosotros mismos. Se vale llorar, encerrarse y quererse morir, se vale de todo, mientras sepamos que nos debemos a nosotros mismos el levantarnos.

Yo no puedo decirles como sobrevivir diciembre, no puedo decirles cómo superar la pérdida de un ser querido, o la ausencia de motivación o deseo. Yo no soy quien para darles herramientas para vivir mejor, porque para mi, la vida sigue siendo una lucha. Yo enfrentaré este diciembre sintiéndome un poco más vacía que el año anterior, más sola, más vieja, menos tonta, menos inocente, más creativa, mucho más arriesgada. Se ganan unas y se pierden otras.  Lo que sí puedo decirles es que sacarlo del pecho ayuda, conversar sin prejuicios y llorar desde el estómago ayuda, sana, alivia.

Es probable que esté rodeado de personas que desean ayudar; y que sin pretender sentirse héroes quieren verle bien. No están solos... aprovechen la ayuda que les llega



Sobrevivamos juntos. 



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